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Nos referimos a definiciones que algunos pasajeros con creatividad e impronta, ante la intriga de que significaría la sigla A.B.L.O., se aventuraban a llamar con humor y respeto, a esta empresa

de colectivos que junto a Cañadense y Gral. Urquiza, conectaba Cañada y la zona con diversos puntos del país. 

La primer definición en particular, hacía alusión a cuando una unidad de la empresa llegaba y la otra cuando se iba.

El cierre de los servicios de trenes por 1977, popularizó el uso de este sistema de transporte. Por aquellos tiempos ABLO y Gral. Urquiza, lo hacían con unidades llamadas también popularmente camello y doble camello, con motores Leyland y Deutz, de gran robustez, con volantes del tamaño casi de una rueda, apertura de puertas con una palanca, con ornamentaciones trabajadas en cuerina, madera en los laterales, cortinas de tela, portapapeles de alambre detrás de cada asiento, capucha de nylon lavable como apoya cabezas entre otros, unidades éstas que ante la llegada de las nuevas, fueron desplazadas para la utilización de los servicios de corta distancia.

A mediados de los 80, llegaban los coches mas modernos, que además de cambiar la estética de su formato adaptado a los tiempos, incluía mayor tecnología mecánica y dos televisiones de importante tamaño, uno en la parte anterior y otro en la parte media, que se guardaban en dos nichos por sobre el techo creados a tal fin,  y que conectados a una video casetera VHS, los pasajeros comenzaban a disfrutan de películas durante el viaje. También baño, cafetera y juguera y sobre el final, coche de dos pisos con servicio de azafata aunque nosotros no lo conocimos.

Viajar en un colectivo en esa época, implicaba llegar a Rosario desde Cañada y/o viceversa en una hora y veinte minutos si el servicio era intermedias o una hora y ocho minutos si el servicio era expreso.

Las boleterías al menos en Cañada, funcionaban 24 horas. Los servicios eran variados y seguidos. Desde aquí a diario podías viajar con ABLO,  a Alta Gracia, Córdoba, Capilla del Monte, La Rioja, San Francisco, Buenos Aires, Villa General Belgrano entre otros destinos.

Los servicios eran de excelencia, como así también su capital humano.

Con el paso del tiempo estas modalidades en dicho transporte fueron cambiando, desapareciendo algunas, como la propia empresa ABLO que según información recabada en internet, presentó quiebra en 1995 y que también junto a Cañadense formaron parte de nuestra historia y nuestra identidad. Cabe aclarar que Gral. Urquiza sigue vigente.