Reseña de sus noches memorables
El 14 de febrero de 1925, día de la inauguración del Verdi, apareció un número especial, en lujoso papel ilustración, de El Eco de Iriondo, que muestra en su portada una
fotografía de grandes dimensiones en la que se aprecia la fachada del Teatro. En su interior se destinan dos páginas a una “Breve reseña histórica de la Sociedad Italiana Unione e Benevolenza que hoy festeja alborozada uno de sus mejores triunfos”, y también se incluyen fotografías sobre la entidad, notas sobre Verdi, sus óperas y “Los hombres de la jornada” –Ferrucio Ardigó, el cav. Antenor Beltrame, Juan Borgogno y Héctor Beltrame-, grandes impulsores de la magnífica obra, el programa de la función inaugural y numerosas adhesiones de la colectividad italiana de la ciudad.
En un comentario sobre el acontecimiento, se expresa:
“Con todo el brillo y lucimiento de las grandes fiestas, se inaugurará hoy el nuevo teatro, donde la sociedad cañadense podrá en adelante celebrar sus reuniones atrayentes y selectas. Se congregará esta noche en el Verdi un núcleo de distinguidas y arrogantes espectadoras que seguirán con sincero entusiasmo la actuación de los artistas durante el espectáculo que será todo un acontecimiento artístico y que revestirá el interés y encanto que es de esperar... Las cañadenses de hoy, al sentarse coquetamente en los palcos del Verdi, recordarán como una lejanía casi olvidada los palquitos del que fuera Teatro XX de Septiembre“.
La Capital de Rosario informó, por su parte, ese mismo día, que se encontraba en esa ciudad el gobernador de la Provincia, Ricardo Aldao, acompañado por el vice, Juan Cepeda y otras altas autoridades, y que a las 16.40 “se trasladó a la estación del Central Argentino, embarcándose para Cañada de Gómez, acompañado de toda su comitiva, para asistir a la inauguración del teatro Verdi y a la entrega de diplomas a las maestras normales, debiendo presidir esa ceremonia el gobernador de la Provincia, quien a las 12 horas será obsequiado con un banquete”.
Otra crónica de El Eco de Iriondo señalaba que
“El programa preparado para el acto de la inauguración es el siguiente: Himno Nacional y Marcha Real Italiana; discurso del presidente de la Sociedad Italiana, Sr. Ferrucio Ardigó; lectura del acta de inauguración que se labrará en el libro de actas de la Sociedad... Seguidamente dará principio a “Il Trovatore”; durante los intervalos se colocará el libro con el acta de la inauguración en el hall del teatro a fin de que lo puedan firmar todas las personas que así lo deseen. Los padrinos de la ceremonia serán: Gobernador de la provincia y señora, a quien representará la Sra. Angela Majorano de Beltrame; Cónsul Italiano en Rosario, Cav. Alberto Touzzi y Sra.; Cav. A. Beltrame y Sra., a quienes representarán su hijo Italo y Sra.; Sr. Juan Borgogno y Sra., representando a esta última su hija María; y el señor Miguel A. Garrone y Sra.”.
En la memorable noche de la inauguración del Verdi la “gran compañía lírica italiana de la que forma parte la célebre soprano Adelina Agostinelli, bajo la dirección del renombrado maestro Antonio Marranti” –como subrayaba El Eco de Iriondo- ofreció Il Trovatore de Verdi, ópera protagonizada por Adalberto Giovannoni (Manrico) y Adelina Agostinelli (Eleonora), secundados por Italia Knering (Azucena), Juan Faini (Conde di Luna), José Zonzini (Ferrando), Aurelia Franceschini (Inés), Antonio Di Siervi
(Ruiz) y Lisandro Sargenti (Un vecchio zíngaro), los que fueron acompañados por un Coro y veinte músicos de la Orquesta de la Asociación del Profesorado Orquestal de Buenos Aires, a quienes se sumó el violinista Eduardo Vadell, que fue el único músico cañadense que tuvo el honor de participar de las funciones inaugurales del teatro.
Si se tiene en cuenta que el Verdi se habilitó en pleno verano, cabe preguntarse cómo fue posible que el público soportara las presumiblemente elevadas temperaturas propias de la estación. La respuesta a este interrogante puede encontrarse, seguramente, en la posibilidad de descubrir parte del techo principal del edificio –dejando el sector central de la sala a cielo abierto-, accionando un sencillo mecanismo que se encuentra, ahora desactivado, en la terraza del edificio, ubicada sobre las salas que ocupara, en la planta alta del edificio y desde 1981 Museo Histórico Municipal. Al respecto cabe mencionar que un vecino que por entonces residía a unos trescientos metros del Teatro, don Juan Zoff, recordado capataz general de La Helvética durante muchos años, supo comentar a quien esto escribe que en el silencio de la noche cañadense de entonces eran perfectamente audibles la música y las voces de los intérpretes de Il Trovatore, gracias a esa gran abertura que por entonces tenía la sala en el sector central de su techo.
Al día siguiente, La Capital publicó una nota referida a “Los actos realizados ayer en Cañada de Gómez”, la que fue ilustrada por dos imágenes, una de las cuales mostraba el “Aspecto de la sala del teatro Verdi, durante la representación de `El Trovador´, con asistencia del gobernador, su comitiva y autoridades locales”, la que se detuvo especialmente en resaltar que “adquirió lucidísimos relieves la entrega de diplomas a las maestras egresadas de la Escuela Normal”, acto que se realizó en el Teatro Verdi el día siguiente de su inauguración, al que “asistió el señor Aldao, sus ministros, las autoridades municipales y policiales de la ciudad y un numeroso grupo de selectas familias de aquella sociedad”. Además, el diario rosarino comentó que una vez concluida la “ceremonia, la comitiva oficial y demás personalidades se dirigieron al local de la Socidad Italiana, donde se les ofreció a los ilustres visitantes un banquete, el que resultó muy lucido y animado”.
Durante varios días la Compañía dirigida por el Maestro Marranti ofreció un variado repertorio lírico, y así el domingo 15 se representó Cavalleria Rusticana de Pietro Mascagni, en sección familiar, y Carmen de Georges Bizet por la noche; el martes 17 Boheme de Giacomo Puccini, y en noches subsiguientes Rigoletto de Giuseppe Verdi y Madame Butterfly, de Puccini.
Al día siguiente de la inauguración, un cronista de La Capital escribía:
“Según informes que recibimos, el acto de anoche ha revestido excepcional importancia, congregándose en el nuevo coliseo un público enorme que presenció y escuchó la representación de la ópera “Il Trovatore” que estuvo a cargo de la compañía lírica de Antonio Marranti. El local ofrecía un aspecto hermosísimo con los adornos, iluminación y la concurrencia de familias que dieron a la velada verdadero realce, completándose así el resultado artístico y social. El gobernador estuvo presente en la fiesta. Hoy, a las 10 horas, en el mismo teatro, tendrá lugar el acto de la entrega de los diplomas a las maestras normales”. Pocos días después, el 28 de febrero, se realizó en el Teatro un baile de fantasía, que formó parte de los festejos de carnaval, oportunidad en que se utilizó por primera vez el mecanismo que permite elevar la platea a nivel del escenario, posibilitando así que en la sala se sirvieran banquetes o realizaran recordadas reuniones danzantes.
En contestación a una solicitud de informes formulada por quien esto escribe respecto de los artistas que protagonizaron la función inaugural del Teatro Verdi, el Director del Museo y Biblioteca del Teatro Colón, señor Carlos Martínez Saravia, expresó que “sólo poseemos datos sobre Adelina Agostinelli, célebre soprano que actuó en nuestro Teatro en las temporadas 1910-11-16-27 y de quien adjuntamos una copia de una fotografía tomada en la Scala de Milán en 1911. En cuanto a los otros cantantes sólo les podemos informar que, Aurelia Franceschini y José Zonzini, actuaron en este Coliseo en la temporada oficial 1925 en roles menores; sobre el director Antonio Marranti, sabemos que dirigió en numerosos teatros pero no lo hizo en el Colón”.