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Al día siguiente de la inauguración, un cronista de La Capital escribía:

 

“Según informes que recibimos, el acto de anoche ha revestido excepcional importancia, congregándose en el nuevo coliseo un público enorme que presenció y escuchó la

representación de la ópera “Il Trovatore” que estuvo a cargo de la compañía lírica de Antonio Marranti. El local ofrecía un aspecto hermosísimo con los adornos, iluminación y la concurrencia de familias que dieron a la velada verdadero realce, completándose así el resultado artístico y social. El gobernador estuvo presente en la fiesta. Hoy, a las 10 horas, en el mismo teatro, tendrá lugar el acto de la entrega de los diplomas a las maestras normales”. Pocos días después, el 28 de febrero, se realizó en el Teatro un baile de fantasía que formó parte de los festejos de carnaval, oportunidad en que se utilizó por primera vez el mecanismo que permite elevar la platea a nivel del escenario, posibilitando así que en la sala se sirvieran banquetes o realizaran recordadas reuniones danzantes.

 

Entre esos “numerosos teatros” en los que dirigió el maestro Marranti estuvo el Marconi de Buenos Aires, conocido como “El Colón de los pobres” y también –a pesar de esa respuesta negativa- el propio “Colón”, al menos en sus temporadas de verano, según precisas referencias contenidas en el libro El Teatro Musical en Buenos Aires (Teatro Doria-Teatro Marconi), de César A. Dillón y Juan A. Sala. En esa bien documentada obra, sus autores brindan elogiosos conceptos sobre el respetado maestro que dirigió varias temporadas en dicha sala entre 1905 y 1936:

 

“Considerado el principal impulsor de la “lírica popular”, fue durante medio siglo el más infatigable cultor del género, que llevó no sólo a todas las salas teatrales de Buenos Aires, sino al interior del país (inauguró salas teatrales en diversas provincias) y a los países vecinos. Había nacido en Nápoles (fuentes biográficas ubican su año de nacimiento en diversas fechas entre 1877 y 1881) y llegó a Buenos Aires a comienzos de siglo como integrante de una de las orquestas que actuaron en los teatros de esta Capital, asumiendo al poco tiempo la dirección orquestal. Durante un tiempo se radicó en Gualeguaychú, Provincia de Entre Ríos, donde a comienzos de la década de mil novecientos diez, dirigió el Conservatorio Musical Santa Cecilia en compañía de su primera esposa, la soprano Romilda Berti. En el año 1934 abrió el Instituto Marranti que funcionaba en la calle Cangallo 1441 de esta Capital, y en el que enseñaba música juntamente a la soprano Velia Paltrinieri (quien fue luego su segunda esposa) y el maestro Macchiavelli. Actuó en las temporadas de verano al aire libre del Colón en 1947, 1948, 1949 y 1951... Marranti falleció en Buenos Aires el 30 de septiembre de 1959, a los 78 años de edad (lo que ubicaría su año de nacimiento en 1881)”.

 

En la misma obra de Dillón y Sala se expresa que el tenor italiano que cantó Il Trovatore en la noche inaugural del Verdi, Adalberto Giovannoni, se presentó en el Marconi en las temporadas de 1924-25 y de 1925-26 y

 

“formó parte de la compañía de ópera italiana que actuó en diversas ciudades de Holanda en 1936, y que integraron figuras de renombre, algunas de las cuales cantaron en importantes teatros italianos, en este mismo teatro u otros de Buenos Aires... Hizo una extensa carrera en Italia, integrando importantes elencos, así en 1921 cantó el Manrico de “Il Trovatore” con Ester Mazzoleni e Irene Minghini Cattaneo en el teatro Dal Verme de Milán. Ello sirve para dar una idea de la ubicación del cantante en su tiempo”.

 

Giovanonni también mereció elogiosos conceptos del eminente tenor Giacomo Lauri Volpi, quien lo recuerda en su libro Voci paralelle, publicado hacia 1960, como un tenor di fianco, es decir una de esas voces de valor que estaban apenas por debajo de las primerísimas figuras de la lírica.

 

A lo largo de sus holgadas ocho décadas de existencia, han pasado por la sala notables voces de la lírica, como los ya mencionados cantantes de la temporada de ópera inicial, la mezzosoprano italiana Santuzza Grossi (1927), el tenor mexicano Ortiz Tirado y figuras relevantes de la opera de Rosario, como la soprano Otilio Armas, quien actuó muchas veces en el Colón de Buenos Aires con Pía Malagoli al piano, siendo recordables algunas representaciones de la Cultural Lírica de Rosario, como las de Rigoletto de Verdi y Madame Butterfly de Puccini, bajo la dirección del Mº César Metelli (1936), y también de Buenos Aires, como el admirable barítono Nino Bianchi, quien protagonizó una versión de concierto de Rigoletto dirigida por el Mº Juan Carlos Zorzi, al frente de la Sinfónica de Rosario (1984), para cuya concreción el autor de esta nota donó el producido de la venta en Cañada de Gómez de un libro bilingüe del que fue coautor, Argentina, la otra patria de los italianos, de Manrique Zago Ediciones de Buenos Aires. Fue esta la última noche recordable de la lírica en el Verdi.

 

La interminable nómina de figuras eminentes de la escena que actuaron en el Verdi se inicia con los actores italianos María Melato y Annibale Betrone, cuyo paso por la sala en agosto-setiembre de 1925 recuerda un bello bronce entonces descubierto en su foyer, y continúa con Camila Quiroga –otra placa memora también su actuación en la sala-, la española Concepción Olona, José Antonio Saldías y Angelina Pagano en 1926; el autor y director teatral Francisco Defilippis Novoa al frente de su compañía, integrada entre otros por Orestes Caviglia, Gloria Ferrandiz, Ricardo Passano y el elenco de Marta Fábrega en 1927; Blanca Podestá (1929); las compañías de Chela Cordero y Luis Sandrini (1934) la Compañía Dialectal Piamontesa (1934); Blanca Podestá (1935), José Domenech, José Gómez, el elenco encabezado por José Franco, Eloy Alvarez y Pepita Muñoz, de la que formaba parte la entonces desconocida Eva Duarte (1936); el recitador Fernando Ochoa, el dúo Scuri-Pompilio (1937); la prestigiosa pedagoga hispana María de Maetzu que disertó en el Teatro, (1937). Fanny Brenna; y el admirable elenco de doña Margarita Xírgu, a quien secundaban Pedro López Lagar, Amelia Sánchez Ariño, Enrique Alvarez Diosdado, José Cañizares y Eloísa Vigo (1938); Paquita Garzón (1938), Leonor Rinaldi (1939), Felisa Mary (1939), Sabina Olmos (1939),el dúo Buono-Striano (1939), Paulina Singerman (c. 1940), Arturo García Buhr (1941); la actriz italiana Emma Gramática con Francisco de Paula y Susana Campos; Roberto Escalada (1950), Mecha Ortiz (1955), Luis Arata (1955), Francisco Petrone (1960) y la declamadora Berta Singerman (1961).

 

En tiempos más cercanos a nosotros pasaron por el Verdi otros destacados actores, como Thelma Biral, China Zorrilla, Alfredo Alcón y Luis Brandoni. Y debe recordarse también que en numerosas ocasiones se presentaron en el Verdi conjuntos locales, entre ellos el prestigioso Teatro Popular Independiente Siripo que dirigía Edgardo Salomón.