Te regalo una rosa, suave y callada,
con pétalos tibios de aurora dorada.
Guarda en su aroma susurros del viento,
caricias de lluvia, latidos del tiempo.
No es solo una flor, es un beso escondido,
un rayo de sol en un tallo florido.
Llévala cerca, que nunca se apague,
como mi abrazo que en ella se sabe.