Evangelio según San Marcos 2,18-22.
Un día en que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decirle a Jesús: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen

los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos?".
Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos? Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo.
Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande.
Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!".

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

San Efrén (c. 306-373)
diácono en Siria, doctor de la Iglesia
Himnos sobre la fe (frm trad. ©evangelizo.org©)

 

“Mientras que el esposo este con ellos no pueden ayunar”
Señor, te invito a un banquete de bodas en medio de cánticos. En Caná, el vino que expresa nuestra alabanza faltó; tú, el invitado que llenó las jarras de buen vino, ¡llena mi boca de tu alabanza!
El vino de Caná es el símbolo de nuestra alabanza, pues aquellos que lo bebieron quedaron maravillados. En ese banquete de nupcias que no era el tuyo, tú, el verdadero justo, hiciste desbordar seis jarras de un delicioso vino; al banquete que yo te invito, puedes llenar de tu dulzura los oídos de una multitud.
En otros tiempos tú eras invitado a las bodas de los otros; he aquí ahora tu banquete que es casto y bueno. ¡Que regocije a tu pueblo! ¡Que tus cánticos deleiten a tus invitados, que mi cítara acompañe tu canto!
Tu prometida, es nuestra alma; nuestro cuerpo, tu alcoba nupcial; nuestros sentidos y nuestros pensamientos, los invitados. Si para ti una sola persona es un banquete de bodas, ¡será grande el de toda la Iglesia!