Evangelio según San Mateo 19,13-15.
Le trajeron entonces a unos niños para que les impusiera las manos y orara sobre ellos. Los discípulos los reprendieron,
pero Jesús les dijo: "Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos".
Y después de haberles impuesto las manos, se fue de allí.
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Bulle Santa Teresa de Calcuta (1910-1997)
fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad
Un camino muy simple
Ir hacia Dios como un niño pequeño
Empieza el día y termínalo con la oración. Ves a Dios como un niño pequeño se gira hacia su madre. Si las palabras no te viene espontáneamente, di por ejemplo: «Ven, Espíritu Santo, guíame, protégeme, ilumina mis ideas a fin de que pueda orar». O también, si te diriges a la Virgen María, di: «María, Madre de Jesús, sé ahora una madre para mí, ayúdame a orar».
Cuando ores, agradece a Dios por todos sus dones: puesto que todo le pertenece, todo lo que recibimos es un don que Dios nos hace. Tu alma es un don de Dios. Si eres cristiano, puedes recitar la Oración del Señor; si eres católico, además del Padrenuestro, tú oración será el Avemaría, el rosario, el Credo. Si tu familia o tú mismo tenéis alguna particular devoción, orad según vuestras propias tradiciones.
Si tienes verdadera confianza en el Señor, en el poder de la oración, podrás superar tus dudas, tus temores y esta impresión de soledad que tanta gente vive.




































