Evangelio según San Mateo 23,27-32.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro llenos
de huesos de muertos y de podredumbre!
Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que construyen los sepulcros de los profetas y adornan las tumbas de los justos,
diciendo: 'Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos hubiéramos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas'!
De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas.
¡Colmen entonces la medida de sus padres!
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
«Oh Dios, cera en mí un corazón puro»
«Rasgad vuestros corazones, dice el profeta, y no vuestras vestiduras». ¿Quién de entre vosotros tiene la voluntad particularmente apegada a no ceder, a entestarse? Que rasgue su corazón con la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios. Que lo rasgue y lo reduzca a polvo porque nadie puede convertirse al Señor si no es con un corazón roto... Escucha a un hombre según el corazón de Dios: «Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme». Está firme tanto para la adversidad como para la prosperidad, se mantiene firme tanto para las cosas humildes como para las más elevadas, está firme y a punto para todo lo que tú ordenarás... «Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme». ¿Quién está a punto, como David, tanto para salir como para entrar y andar según la voluntad del Rey?
(Referencias bíblicas : Jl 2,13; Ef 6,17; Sl 50,19; Sl 56,8; 2S 5,2