1) Lo externo: Es aquello que está frente a mí, que me lleva a enfrentarlo, pero también a echarle la culpa. Esto que nos enseñan también los psicólogos: el chivo expiatorio.
Aquello que tengo para echarle la culpa y para sacarme toda la bronca y nos lleva a pagar caro, a cometer errores graves en toda tu vida.
2) Lo interno: Es lo que hay en mí, aquello que debo trabajar pues es eso a lo que Jesús apuntala, a trabajar tu interior y desde el interior iluminar, más que condenar; porque si no lo que cometes es un grave error, al mirar la vida de los demás desde tu subjetividad, tu interioridad, desde vos, pero no aprendes a conocerlos, porque incluso ya lo has rotulado.
3) No se cambian: No se cambian algunas cosas. Uno en la vida aprende a soportarlas, a llevarlas y a saber administrarlas. Pidámosle a Jesús hoy que te ayude a vencer las tentaciones internas contra las cosas externas. Algo bueno está por venir.