1) Afligidos: Este texto del evangelio me tocó muy de cerca en un momento muy difícil de mis estudios en el seminario, cuando llegué a dudar si realmente era un llamado esto del sacerdocio para mi vida o era todo inventado por mí, por mi cabeza. Recuerdo que fui a hablar con un sacerdote pidiéndole luces, porque me sentía aniquilado. Sus palabras fueron: “mira los signos de tu pasado”. Y aprendí que en la vida lo que hago hoy son con cosas encadenadas con cosas del pasado. Tenés que ver todos los capítulos de tu vida y no quedarte con el drama de este día . Aprende a ver el todo y a leer ese todo de tu vida, porque lo que te toca vivir hoy muchas veces es producto de decisiones pasadas y de golpes enfrentados.
2) Aliviar: Aprende a saber que la fe y la religión alimentan tu espiritualidad y no tan solo tu institucionalidad. Hay veces que creemos que para tener un alivio de Dios necesitamos ciertos ritos y normas que solo nos generan más presión. Hoy Jesús quiere aliviarte, porque para Él sos importante, y nunca olvides que sos hijo de Dios. Aprende a buscar en la fe y en la oración el alivio del corazón.
3) Paciente: La paciencia yo la defino como la unión de la “paz” y la “ciencia”. Que es actuar con paz de corazón y con la ciencia para tener la capacidad de decidir y discernir en mi vida cada acción. Por ello aprende a calmarte y a saber decidir, que ser paciente no es ser una persona quieta sin actuar. Ser paciente es ser una persona con prudencia para saber en qué momento actuar.