1) Herodes: Me quiero detener a pensar en cosas que tenemos de Herodes. El querer controlar, incluso manipular, para que las cosas sean como yo quiero y tener esa mirada competitiva en donde quiero sobresalir y si no aparezco, destruyo a la persona con la lengua, difamando o calumniando. Cuando en vos y en mí aparece ese sentido de poder, el “cueste lo que cueste”, podés terminar destruyendo la vida de gente buena e inocente. No podés pasar toda la vida buscando poder o que todos estén alrededor tuyo. Es necesario que hagas algo por vos y que veas que no es necesario destruir a otros para ser feliz.
2) No te es lícito: Hay gente que no le gusta que le pongan límites y cuando uno le marca límites se enoja y hasta te destruye. Eso te pasa a vos y a mí, que cuando nos marcan las cosas nos molesta y hasta nos duele. Por eso, déjate corregir y aprende que no todo se puede tener en la vida. Hay cosas que es necesario saber que no las puedo adquirir o hacer. Date esa oportunidad de vivir en vos y vivir en Dios, pero dejándote corregir y acompañar.
3) Agradó: Mil tentaciones no hacen un pecado, porque lo que te hace pecar no es lo que te seduce, sino la acción de la decisión sobre lo que te seduce. Por lo tanto, aprende a mirar lo que te tienta y analiza, antes de decidir, si realmente aporta a tu paz y a tu vida. Porque puede que tomes decisiones desde tus deseos y no desde tus proyectos. Como, así también, puede que pases tu vida siendo un simple consumidor de deseos, pero sin decidir desde tus conceptos. Que no pierdas la cabeza por una pasión desordenada porque, cuando se cae en estas cosas, puede que pierdas todo lo que construiste en años.