1) Fariseo: En nosotros muchas veces habita esa actitud farisea de querer controlar a todo el mundo, incluso manejarle la vida a los demás diciéndoles qué tienen que hacer y qué decisión tomar. Por eso mismo es importante que no caigas en la actitud de ser un controlador compulsivo o una persona que constantemente quiere manejar la vida de otros, incluso justificándose con el título de ser la mamá o el papá o el cura o lo que fuere. Cuando controlas la vida de otros es porque no sabes cómo controlar tu vida.

2) Esposo: También nos enseña todo esto que hay gente que tiene más puesta su mirada en los ritos que en el Dios a quien dirigimos nuestros ritos. Hay veces que nos olvidamos del objetivo para quedarnos con el medio. Cuando ya vas perdiendo la mirada a lo esencial te vas quedando con la cáscara de las cosas. Recuerdo que cuando llevaba un año de ser cura medía a los curas según su modo de vestir o su forma de hablar. Creía que si usaba cierta vestimenta era de los grandes, de los gigantes, de los espectaculares, pero con el tiempo comprendí que la esencia de todo está en el corazón.

3) Remendar: Hay cosas que son del pasado y no la podés traer al presente, como tampoco podés cambiar cosas en el futuro si seguís con las mismas fórmulas del pasado. Si querés hacer cambios en tu vida, entonces tendrás que tomar nuevas decisiones, cambiar tus decisiones, para hacer ese cambio.