1) Pueblos: No podemos como Iglesia seguir dando vueltas por nuestra misma sacristía, pero tampoco podés ir dando vueltas en la misma rutina de tu vida. Es necesario que aprendas a salir más de vos y comprender que no todo tiene que estar dentro de tu estructura. Es necesario que salgas de vos y comprendas que siempre hay un Dios que te invita a salir de tu cerrazón. Uno, por los golpes de la vida, se va encerrando y eso te lleva a ser cerrado a muchas cosas, por eso es importante salir de uno y poder encontrarse con uno mismo en el otro.

2) Buena noticia: Estamos llamados a anunciar una buena noticia, porque saber que Jesús dio la vida por nosotros y que está con nosotros nos hace ver la vida distinta. Date esa oportunidad de ver el mensaje de Dios como una buena noticia para tu vida, más que sentirte juzgado. El experimentar a Jesús resucitado te hace recordar que nos hemos detenido a predicar más los diez mandamientos que las bienaventuranzas que Jesús nos dejó en su momento. Capaz que más nos detuvimos a anunciar la justicia divina y el infierno, más que la Buena Noticia y el camino al cielo.

3) Magdalena: Lo hermoso de ver estos personajes que Jesús nos presenta es ver que son personas juzgadas por la sociedad, incluso ya rotuladas por la gente. Porque para estar con Jesús no tenés que ser una persona limpia y sana para mostrar tus dotes elocuentes, sino más bien es mostrarte con tu torpeza y tus carencias para que el mismo Dios te llene y te muestre que somos personas rotas y enfermas que vamos al Maestro a que nos consuele y nos aliente.