1) Emperador: Jesús nos enseña que el verdadero poder lo tienen la humildad y la sencillez. Mucha gente buscó ser eterna o reconocida,

hasta incluso buscó con sus obras arquitectónicas quedar marcadas, pero hace más de dos mil años que se recuerda a unos pastorcitos, un burro, una vaca y un pesebre sencillo. Porque cuando uno busca tener poder en la vida o en el trabajo o hasta incluso en la iglesia, la misma vida le muestra que ya no vive por vivir, sino por mantener algo que tarde o temprano se desecha. Por eso, este día es un golpe a nuestra soberbia y comprender que el poder es adictivo y también momentáneo, por lo tanto, no dejes que el poder sea tu presa.

2) Pertenecer: Es importante saber que todos tenemos un sentido de pertenencia, asumir en qué y con quién nos identificamos. Por tanto, no dejes de alimentarte de la gente que te hace bien y esta noche trata de mirar a los que comparten con vos qué pudiste aprender. Saber a dónde perteneces se basa en tener autodisciplina y no andar con caprichos emocionales en la vida. Comprender que yo no soy de nadie y menos un juguete de alguien me ayuda a comprender que soy hijo de Dios y solo eso vale.

3) Pastores: Hay una frase de Mario Benedetti que dice “Cómo me gustaría pasar el resto de mis días con alguien que no me necesite para nada, pero que me quiera para todo”. En esto me encanta pensar en los pastores, porque fueron solo a adorar, no fueron a pedirle a Jesús que les cambie la posición social o un milagro, ellos solo fueron a adorar porque solo querían estar con Él. Adorar es lo que implica esta fiesta, porque Dios se hizo hombre para que el hombre goce de Dios.

Algo bueno está por venir.

Misioneros Digitales Católicos