Evangelio según San Lucas 11,47-54.
Dijo el Señor:
«¡Ay de ustedes, que construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres han matado!


Así se convierten en testigos y aprueban los actos de sus padres: ellos los mataron y ustedes les construyen sepulcros.
Por eso la Sabiduría de Dios ha dicho: Yo les enviaré profetas y apóstoles: matarán y perseguirán a muchos de ellos.
Así se pedirá cuanta a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la creación del mundo:
desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuenta de todo esto.
¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden.»
Cuando Jesús salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas
y tendiéndole trampas para sorprenderlo en alguna afirmación.

 

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Leer el comentario del Evangelio por :
Misal Romano
Improperios del Viernes santo

«Empezaron a acosarlo y a tirarle de la lengua»

¡Pueblo mío! ¿Qué te he hecho,
en qué te he ofendido?
Respóndeme. (Mi 6,3)
Yo te saqué de Egipto, sumergiendo al Faraón
en el mar Rojo;
tú me entregaste a los sumos sacerdotes.
¡Pueblo mío, respóndeme!
Yo abrí el mar delante de ti;
tú con la lanza abriste mi costado.
¡Pueblo mío, respóndeme!
Yo te guiaba con una columna de nube;
tú me guiaste al pretorio de Pilato.
¡Pueblo mío, respóndeme!
Yo te sustenté con maná en el desierto;
tú me abofeteaste y me azotaste.
¡Pueblo mío, respóndeme!
Yo te di a beber el agua salvadora,
que brotó de la peña;
tú miste a beber hiel y vinagre.
¡Pueblo mío, respóndeme!