En el año 2.006, un tribunal determinó que debía cumplir prisión efectiva por delitos de lesa humanidad.

 

Hoy goza de arresto domiciliario en un lugar de ensueños, en la reserva natural Bosque Peralta Ramos, enclavada en Mar del Plata y con custodia permanente.

Los vecinos y familiares de desaparecidos realizan un repudio diario, con carteles indicadores se ofrece el “genocida city tour” y figuras realizadas en cartón con los nombres de víctimas de la dictadura. En la medida que son removidos, los familiares vuelven a reponerlos en actitud clara de repudio.