Jesús Niño reine siempre en tu corazón y establezca y consolide su reino cada vez más dentro de ti. Estos y otros semejantes son los deseos
que en estos días he presentado en tu favor al Niño de Belén.Nuestro Señor te ama, hija mía, y te ama tiernamente; y, si Él no siempre te permite experimentar la dulzura de su amor, lo hace para conseguir que seas más humilde y despreciable a tus ojos. Pero no dejes por eso de recurrir con toda confianza a su santa benignidad, especialmente en el tiempo en que lo representamos como era, pequeño niño de Belén; porque, hija mía, ¿con qué otra finalidad toma Él esta dulce y amable condición de niño si no es la de estimularnos a amarlo confiadamente y a entregarnos amorosamente a Él?
(24 de diciembre de 1918, a
Antonietta Vona, Ep. III, 881)




































