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En julio de 2018 cumpliste un año más y fue ese día que en tu trabajo te dijeron : “ ya no vengas más Miguel Martínez, tenés los años
suficientes para jubilarte”. Ahora sobraba el tiempo, ya no tendrías que soportar el frio del galpón, ni levantarte temprano.
Por eso el verano te encontró sentado en la reposera, con el termo y el mate en las mañanas y tardes, bajo la sombra de los plátanos del Boulevard Centenario en la vereda de tu casa.
Tenías que esperar que Anses te mandara la jubilación y seguro ibas a poder entrenar para la próxima maratón. En el cajón de tu cómoda reposan bien dobladas las camisetas de distintos colores que usaste en tu carrera de atleta amateur, en el garaje , sobre estanterías que vos mismo construiste están las cientos de copas y medallas logradas en tu categoría, en una caja de madera guardaste los recortes de diarios y fotos de las competencias.
Pero una enfermedad silenciosa se instaló en tu cuerpo y se apoderó de tu fuerza, de tus ganas de seguir peleándole a la vida. Hoy ya no estás, quedaron tus recuerdos , los gritos de alegría cuando River fue campeón, la música folclórica que escuchabas y no pudiste ver por televisión el festival de Jesús María y de Cosquín donde siempre descubrías un nuevo cantante.
Me parece verte pasar como atleta corriendo alrededor del parque municipal con la botellita de agua, y parando frente a la virgencita para agregar agua a sus flores.
Corriste 299 maratones desde el año 1999, en ésta tu última oportunidad seguro te has encontrado con familiares y amigos dichosos de verte llegar una vez más desde la línea de largada…Buena carrera en este viaje…..
María Rosa Barbaresi
Enero/2019




































