"No temas por nada. Al contrario, considérate muy afortunada por haber sido hecha digna y partícipe de los dolores del Hombre-Dios. No
es abandono, por tanto, todo esto, sino amor y amor muy especial que Dios te va demostrando. No es castigo sino amor y amor delicadísimo. Bendice por todo esto al Señor y acepta beber el cáliz de Getsemaní"




































