"Pon fin a estas aprensiones sin sentido. Recuerda que la culpa no está en el sentimiento sino en el consentir a tales sentimientos. Sólo la

voluntad que actúa libremente es capaz del bien y del mal. Pero cuando la voluntad gime bajo la prueba del tentador y no quiere aquello que se le presenta, allí no sólo no hay culpa sino que hay virtud"