
Corrían principios de los 90, y comenzaba de alguna manera la venta masiva de líneas fijas telefónicas. Si bien había teléfonos en la ciudad desde al
menos dos décadas antes, solo una baja densidad de la población podía contar con el servicio disponible en su domicilio.
Con la privatización de ENTEL, llegó TELECOM quien ofrecía las líneas fijas a pesos 1.000 equivalente en el momento a 1.000 dólares, similiar al valor de un ciclomotor.
Y allí, tras el esfuerzo y la liquidación de ahorros, muchos Cañadenses accedieron a este servicio esencial, teniéndolo cómodamente en casa y quizás también mirándolo en algunos aspectos como inversión.
El aparato se compraba aparte. La empresa te ofrecía uno, con su marca impuesta a $ 50, vale decir 50 dólares, aunque su compra no era obligatoria.
Tras ello, muchos optaban por otras ofertas en el mercado, de origen chino por ejemplo, con distintas formas y colores, quizás no de la misma calidad, pero a mitad de precio, por lo que sumabas a tu casa prácticamente por el mismo valor, uno estático y otro inalámbrico.
Con el abono, tenías alrededor de 400 pulsos libres, que con el correr del tiempo se fueron reduciendo, y pagabas solo el excedente de llamadas, vale decir que si no hablabas mucho, ya sabías el monto de lo que te iba a llegar la factura.
A partir del 2000, ya se popularizaba el uso de los primeros teléfonos celulares, por lo que tras la crisis del 2001, el teléfono fijo tenía la opción de pasarlo a tarjeta, siendo esta alternativa mucho más económica según como se lo mire, sistema que hace unos años quedó caduco, pasando nuevamente al abono que en por estos días supera los $ 10.000 y sin incentivos.
Es por ello que tras la popularidad del celular, el poco uso y el achique de gastos en los tiempos que corren, muchos deciden dar de baja el servicio, aunque genere cierta nostalgia hacerlo, por el esfuerzo realizado oportunamente para conseguirlo.
Hoy, con un breve llamado, se da de baja de forma digital, quedando en tu domicilio, la vieja instalación, nexo de buenas y no tan buenas noticias a lo largo de varios años.




































