8b5a1f97-318a-48a1-97dc-276bf157833d.jpg

Día 8
Oración simple de san Francisco de Asís

¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz!


Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar.
Porque dando es como se recibe;
olvidando, como se encuentra;
perdonando, como se es perdonado;
muriendo, como se resucita a la vida eterna.

Meditemos lo que nos indica Padre Pio:

Fíjate bien: siempre que la tentación te desagrade, no tienes por qué temer, pues, ¿por qué te desagrada si no porque no quisiste sentirla?
Estas tentaciones tan inoportunas nos vienen de la malicia del demonio, pero el desagrado y el sufrimiento que sentimos por ellas vienen de la misericordia de Dios, que, contra la voluntad de nuestro enemigo, aparta de su malicia la santa tribulación, y por medio de ella purifica el oro que quiere incorporar a sus tesoros.
Digo más: tus tentaciones son del demonio y del infierno, pero tus penas y sufrimientos son de Dios y del paraíso; las madres son de Babilonia, pero las hijas son de Jerusalén. Desprecia las tentaciones y abraza las tribulaciones.

Padre nuestro, Ave María, Gloria

Oración de cierre

Señor Jesús, que nos has convocado para seguir las huellas de San Pio de Pietrelcina dónanos tu Espíritu, para que contigo podamos decir “Abba Padre”. Por intercesión de San Pío, que fue apóstol de tu Misericordia haznos misioneros de paz y misericordia para las personas de nuestro tiempo. Inspira en nosotros sentimientos de fidelidad y amor para que en familia, en el trabajo y en la sociedad, seamos testimonio de tu Evangelio. Descienda sobre nuestro convenir la riqueza de tus bendiciones para que, revestidos de gracia, podamos ser criaturas nuevas y, confiados en tu Providencia, nos abandonemos en tus brazos seguros, que siguiéndote en el Calvario y mirando el Tabor, seamos santificados por tu amor y podamos así santificar. Amén

Salve

Grupos de oración de San Pio de Pietrelcina - Animación en Argentina 2024