Un 23 de octubre de 2014, los Cañadenses despertábamos con la triste noticia de que había fallecido Carlos Roque Walter Faul Latman.
Tenemos entendido que era oriundo de la zona de El Trebol y había llegado a Cañada en su adolescencia.
Comenzó a trabajar en Helvética, pero pronto descubrió que su vocación era el periodismo.
Con muy buen humor como solía tener, supo relatar a colegas, el momento en que comunicó a su familia, la decisión de dejar un trabajo formal para aventurarse en esta profesión (periodista) que aún hoy lleva cierta inestabilidad económica entre otros y como fue el proceso de poder convencer a su mamá de tal decisión.
Por entonces, se acercó a Diario Estrella y con el tiempo tuvo su espacio informativo exclusivo en dichas páginas intitulado "La Columna de Carlos Faul".
En aquellos años ingresó a trabajar también en la municipalidad y se lo supo ver en varias dependencias, hasta que logró llegar a la oficina que más le gustaba, la de Prensa Municipal, donde a diario se lo solía ver escribir diversos partes con su maquina amarronada con teclas negras.
La llegada de la televisión local a Cañada, inspiró en él, un programa en el que se enalteciera las diversas figuras y personajes de la ciudad y creó Mi Ciudad, una superproducción de aquel entonces e insuperable actualmente, que lo tenía como entrevistador y conductor principal, acompañado por un tremendo grupo de profesionales como Daniel Ferrero en edición, María Laura Bianchi en locución, Claudio Plaini en cámaras, entre otros, respaldado económicamente en principio por la gestión de Enrique Balbuena y luego con producción comercial propia. Mi Ciudad, además de permanecer muchos años en pantalla, contaba con hasta con música propia.
En consonancia, por aquel entonces, fue pionero y artífice de Las Tres Lunas, hoy una Fiesta Nacional del Canto Popular, con todo lo que ello significa y más para el sur de nuestra ciudad.
Lo recordamos como un tipo simple, sencillo, amable y con convicciones profundas a la vez y que por ellas dejó todo, demostrando con su testimonio que con poco se puede hacer mucho.
Se lo solía ver siempre bien humorado, cantando por las calles a su paso y saludando a su gente con un Chau Genioooo...!
Un busto y una dependencia los recuerdan en su barrio mas amado.
Fue un gusto conocerte Carlos, se te extraña y mucho.