Jueves ardiente, un cielo que abraza,
treinta y siete de maxima quema la piel con su braza.
Veinticinco de minima espera la luna cercana,
refugio nocturno, la calma temprana.
El día avanza con pasos de fuego,
el aire pesado dibuja su ruego.
Jueves de extremos, calor que fascina,
la vida persiste entre sol y rutina.