Jueves en Cañada, el cielo despejado,
treinta y uno de máxima, con calor asegurado.
Veinte grados la noche, frescor regalado,
a las nueve, veintiuno, el día es dorado.
La luna menguante su luz va a dejar,
un manto de sueños al caminar.
El aire es puro, invita a volar,
¡Cañada se viste de paz y a brillar!