Sereno amanece, susurro del viento,
las nubes dispersas flotan en lento.
Veintisiete arriba, veintitrés quedará,
el día respira, la lluvia que vendrá.
Dicen que a las nueve del cielo llegarán,
gotas danzantes sobre la calle.
Domingo en calma, reloj sin prisa,
Cañada aguarda la lluvia bajo la brisa.