"Mantente unida a Dios con fuerza y con constancia, consagrándole todos tus afectos, todos tus trabajos y a ti misma toda entera, esperando con paciencia el regreso del
hermoso sol, cuando el Esposo quiera visitarte con la prueba de las arideces, de las desolaciones y de la noche del espíritu".
"Sí, yo amo la cruz, la cruz sola; la amo porque la veo siempre en las espaldas de Jesús".