"No os esforcéis por vencer vuestras tentaciones porque este esfuerzo las fortalecería; despreciadlas y no os entretengáis en ellas. Imaginaos a

Jesucristo crucificado entre vuestros brazos y sobre vuestro pecho y repetid muchas veces besando su costado: ¡Esta es mi esperanza, ésta es la fuente viva de mi felicidad! ¡Yo os agarraré estrechamente y no os dejaré hasta que me coloquéis en un lugar seguro!"