
Llueve tranquilo, el otoño suspira,
dieciséis de mimo, once que inspira.
Las gotas repican sobre el tejado,
y un canto de aves suena encantado.
Hasta las seis, el cielo dicen así se queda,
bordando la lluvia por cada vereda.
Quedarse en la cama... qué linda opción,
con café, con calma y sin obligación




































