Sábado radiante, el sol manda fuerte,
las hojas doradas saludan su suerte.
Desde el barrio sur, la vista del día que despierta,
con un aire fresco que por las calles se dispersa.
Veinticinco grados, calor de promesa,
doce por la sombra, frescura traviesa.
Es otoño engañoso, verano de paso,
un guiño dorado que ríe en su abrazo.