Miércoles nublado, cielo sin consuelo,
Cañada tiembla bajo un fresco casi hielo.
Mínima de seis, dieciséis si arrima,
el sol se ha escondido, y el frío se anima.
La gente se abriga, el mate no falta,
la espera se alarga, la esperanza salta.
“¡Salí sol querido!”, grita el corazón,
aguardo tu luz como una bendición