A San Pedro en Cañada
ayer se lo vio pasar,
con los padres Juani y Hernán
y el pueblo listo a rezar.
La procesión fue sentida,
con pañuelos y emoción,
y hasta el frío se hizo manso
frente a tanta devoción.
El Intendente presente,
el Senador bien formal,
junto a otras autoridades del pueblo
y una iglesia colmada,
dieron marco al ritual.
Tras los rezos, guitarreada,
fogón, chocolatada
y dulzores sin igual:
pañuelitos bien caseros
endulzaron el final.
Viva San Pedro...! Viva Cañada...!