padre-pio-giovane-5.jpg

"Os conjuro por la mansedumbre de Cristo y por las entrañas

misericordiosas del Padre celestial a no perder nunca el entusiasmo en el camino del bien. Corred siempre y no os detengáis nunca, convencidos de que, en este camino, detenerse equivale a volver hacia atrás" (Epist.II, p.259).