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Concretamente lo que trasladan de "Mamá Antula” (Santa María Antonia de Paz y Figueroa), es una reliquia de primer grado, es decir, un fragmento

óseo que proviene de sus restos mortales.

 

Se realiza con fines de veneración y fortalecimiento espiritual, permitiendo que los fieles puedan acercarse, rezar y expresar su devoción, especialmente tras su canonización el 11 de febrero de 2024.