Buen día mi Cañada querida,
hoy el cielo se hizo sentir,
granizó por un breve rato
y nos obligó a salir.
Va y viene la lluvia serena,
quince grados trae la mañana,
el invierno camina despacio,
veinte espera la campiña hermana.
Pero no es un día cualquiera,
la ruda y la caña están listas,
pa' espantar males del alma
y abrir la puerta a las pistas.
Salud a toda la región,
que el primero nos traiga fortuna,
entre mates, esperanza y fuego,
¡que no falte la ruda ninguna!