padre-pio-giovane-5.jpg

"Antes que nada, debes humillarte ante Dios más bien que hundirte

en el desánimo, si él te reserva los sufrimientos de su Hijo y quiere hacerte experimentar tu propia debilidad; debes dirigirle la oración de la resignación y de la esperanza si es que caes por debilidad, y debes agradecerle tantos beneficios con que te va enriqueciendo" (T, 54).