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Hoy, Mabel Tontarelli nos comparte sus recuerdos y vivencias de aquel querido Kiosquito de La Helvética, un lugar que fue parte de la vida cotidiana

de tantos cañadenses.

🗞️ “Ese kiosco lo instaló mi papá, Luis Tontarelli, alrededor de 1974 o 1975. Vendíamos de todo: golosinas, figuritas, diarios y revistas. A la mañana lo atendía mi mamá y por la tarde mi hermana Gloria con una empleada. Yo lo atendía cuando no tenía reemplazos de docente.”

Mabel recuerda con cariño las escenas diarias:
🚲 “Era hermoso ver la entrada y salida de los empleados. Salían corriendo a buscar sus bicicletas que estaban colgadas donde hoy está la verdulería. A la tarde llegaban antes y se sentaban en el cantero, esperando la llamada de las 13:45 y la de las 14:00. Los estudiantes, los obreros de las fábricas cercanas, los que iban a Sport o a Villa Soto… siempre alguien paraba a comprar algo o a leer los títulos de las revistas que colgaban afuera.”

👩‍🏭 “En la Helvética llegaron a trabajar cientos de empleados”, recuerda Mabel, emocionada.

Un relato lleno de historia y afecto, que revive una parte entrañable de la vida cañadense. 🌸