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El sol se esconde,
pero deja su promesa entre las nubes,

como quien dice volveré mañana.

Rayos que cruzan el cielo
dibujan caminos de luz sobre la tierra,
y el viento, manso,
lleva el murmullo del día que termina.

Las sombras se estiran,
los árboles susurran su silencio,
y el cielo —mitad gris, mitad azul—
guarda en su pecho
el último respiro del sol.

En Cañada,
cada atardecer parece decirnos
que aún en lo nublado,
la luz siempre encuentra su lugar. 🌥️✨