“El impulso para alcanzar la paz eterna es bueno y santo, pero es necesario moderarlo con la completa resignación al querer divino. Es
mejor cumplir la voluntad de Dios en la tierra que gozar en el paraíso. "Sufrir y no morir" era el lema de Santa Teresa. Es dulce el purgatorio cuando se sufre por amor De Dios” (Epist.III, p.549)





































