🙏 Comienza el Tiempo de Adviento
Hola Jesús… buen día.
Hoy iniciamos un nuevo tiempo dentro del año litúrgico: el Adviento, el tiempo de la espera, del que viene, del que siempre llega.
A lo largo de los siglos, el pueblo de Israel esperó —en medio de momentos oscuros, duros y difíciles— la llegada de la justicia y la vida. Los profetas anunciaban un día en que Dios devolvería la alegría a su pueblo. Y esa esperanza pareció cumplirse con tu nacimiento, Jesús, que volveremos a celebrar una vez más este año.
Pero también sabemos que el mundo sigue cargado de injusticias, desigualdades, violencia y dolor. Por eso creció en nosotros la certeza de que volverás, esta vez para instaurar definitivamente tu Reino:
✨ para secar todas las lágrimas,
✨ para poner fin a la injusticia,
✨ para terminar con el sufrimiento y la muerte.
En este primer tramo del Adviento, se nos invita a mirar lejos, hacia el final de la historia, y renovar la confianza en que todo está en tus manos y que el final será abrazo, fiesta y mesa compartida para todos.
Y hacia el final del Adviento, nuestra mirada vuelve a la cueva, a la fragilidad y pequeñez de un Dios que se hace niño, un Dios cercano, un Dios que camina con nosotros.
La figura del Adviento es la mujer embarazada. En nuestra comunidad tenemos la imagen de María embarazada, la “mujer del Adviento”.
Este año queremos aprender a ver en cada mujer embarazada un signo vivo de esperanza: ellas cuidan la vida que viene, la vida que aún no nació, la vida que crece en silencio.
Al encontrarnos con ellas —en la casa, en la calle, en la escuela, en el trabajo— queremos dejar que su espera despierte la nuestra. Queremos aprender a:
🤍 esperar confiados,
🤍 cuidar la vida que llega,
🤍 creer en las semillas,
🤍 creer en el futuro.
Señor, ayúdanos a vivir este Adviento con el corazón abierto.
A confiar, a creer, a amar la vida como la aman nuestras mujeres embarazadas.
A caminar seguros de que la vida será parida, la alegría será parida, y que la felicidad que prometiste será una realidad eterna.
