
Buen día, Cañada,
buen día, Región entera,
despierta el sol en la vera
del mate y la madrugada.
Veinticuatro ya ha llegado
con su luz mansa y sincera,
y el corazón considera
lo esencial de este costado.
Se aguarda la Nochebuena
sin apuro ni estruendo,
que la fiesta vaya siendo
más conciencia que condena.
Nada de pirotecnia, hermano,
por amor al más sensible,
al que el ruido vuelve invisible
y sufre en silencio humano.
Que haya paz en cada hogar,
amor simple y compartido,
pan, abrazo y buen sentido
para volver a empezar.
Mensaje final va en voz baja,
con respeto y con razón:
Navidad es corazón
cuando el ruido no hace falta.




































